LOS MODELOS ATÓMICOS
Cinco siglos
antes de Cristo, los filósofos griegos se preguntaban si la materia podía ser
dividida indefinidamente o si llegaría a un punto, que tales partículas, fueran
indivisibles. Es así, como Demócrito formula la teoría de que la materia se
compone de partículas indivisibles, a las que llamó átomos.
En el siglo IV a.
C., Empédocles postuló que la materia estaba formada por 4 elementos: tierra,
aire, agua y fuego.
Luego Aristóteles
postula que la materia estaba formada por esos 4 elementos pero niega la idea
de átomo, hecho que se mantuvo hasta 200 años después en el pensamiento de la
humanidad.
En 1803 el químico
inglés John Dalton propone una nueva teoría atómica sobre la constitución de la
materia, donde toda la materia se podía dividir en dos grandes grupos: los
elementos que estarían constituidos por unidades fundamentales (átomos) y los
compuestos se constituirían de moléculas, cuya estructura viene dada por la
unión de átomos en proporciones definidas y constantes.
Hacia finales del
siglo XIX, se descubrió que los átomos no son indivisibles, pues se componen de
varios tipos de partículas elementales, y una de ellas es el electrón, con una
masa del electrón es 1836 veces menor que la del protón y tiene carga negativa;
descubierta en el año 1897 por Sir Joseph Thomson, a través del experimento
“tubo de rayos catódicos” que consistía en que un tubo al vacio se encuentran
dos electrodos separados por una cierta distancia, cuando se conectan a una
alta tensión, el cátodo emite unos misteriosos rayos que viajan en línea recta
hacia el ánodo, donde Thomson presenció que los rayos al ser sometidos en un
campo magnético, eran atraídos por el polo positivo y repelidos por el polo
negativo, reflejando que se trataban de partículas cargadas negativamente.
Luego a
principios del siglo XX, Ernest Rutherford descubre el protón, que es una
partícula elemental que constituye parte del núcleo de cualquier átomo. Los
protones poseen carga eléctrica positiva y una masa 1.836 veces mayor de la de
los electrones. Por otro lado, Walter Bothe y Herbert Becker en 1930 descubre
el neutrón, una partícula elemental que constituye parte del núcleo de los
átomos.
La masa del
neutrón es ligeramente superior a la del protón. Los neutrones carecen de carga
eléctrica, y son inestables cuando se hallan fuera del núcleo, desintegrándose
para dar un protón, un electrón y un antineutrino.
En el átomo
distinguimos dos partes:
El núcleo es la
parte central del átomo y contiene partículas con carga positiva (los
protones), y partículas que no poseen carga eléctrica, es decir son neutras
(los neutrones).
La masa de un
protón es aproximadamente igual a la de un neutrón.
Todos los átomos
de un elemento químico tienen en el núcleo el mismo número de protones. Este
número, que caracteriza a cada elemento y lo distingue de los demás, es el
número atómico y se representa con la letra Z.
La corteza es la
parte exterior del átomo. En ella se encuentran los electrones, con carga negativa.
Éstos, ordenados en distintos niveles, giran alrededor del núcleo.
La masa de un
electrón es unas 2000 veces menor que la de un protón.
Los átomos son
eléctricamente neutros, debido a que tienen igual número de protones que de
electrones y así, el número atómico también coincide con el número de
electrones.
Por otra parte,
tenemos que los átomos se identifican por el número de protones que contiene su
núcleo, ya que éste es fijo para los átomos de un mismo elemento y permite
clasificarlos en la tabla periódica por orden creciente de este número de
protones. Definiéndolo de esta manera:
Número atómico:
Es el número de protones de un átomo. Se representa con la letra Z y se escribe
como subíndice a la izquierda del símbolo del elemento: ZX.
Ejemplos: 1H, 8O,
26Fe.
Número másico: Es
la suma del número de protones y del número de neutrones de un átomo. Se
representa con la letra A y se escribe como superíndice a la izquierda del
símbolo del elemento: AX.
Ejemplos: 1H, 8O,
26Fe.